
La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados. Basta con observar la evolución de ChatGPT, el bot conversacional desarrollado por OpenAI, que en apenas dos años se ha convertido en una de las herramientas tecnológicas más populares del mundo.
La inquietante rapidez del desarrollo de la IA

A medida que ChatGPT y otros modelos avanzan, expertos en el sector expresan su preocupación por el impacto y la velocidad con la que se desarrollan estas tecnologías. Un antiguo investigador de seguridad de OpenAI, Steven Adler, quien trabajó en la compañía hasta noviembre pasado, aseguró estar «bastante aterrorizado» por el ritmo acelerado en el que la inteligencia artificial evoluciona. Según Adler, la industria está asumiendo una «apuesta muy arriesgada» al perseguir la inteligencia artificial general (AGI).
La AGI hace referencia a un sistema capaz de igualar o superar las capacidades humanas en cualquier tarea intelectual. Sus características incluyen aprendizaje autónomo, adaptabilidad, razonamiento avanzado, conciencia y comprensión, es decir, habilidades propias de los seres humanos.
Dario Amodei, fundador de Anthropic, la empresa responsable del desarrollo de Claude 3, una de las inteligencias artificiales más avanzadas, predice que en dos o tres años estas tecnologías superarán las capacidades humanas «en casi todo». De cumplirse esta proyección, para 2027 podríamos presenciar un avance decisivo en la inteligencia artificial.
¿Un futuro incierto para la humanidad?

Adler comparte la visión de que el progreso de la IA es extremadamente rápido, lo que genera incertidumbre sobre el futuro. En su testimonio, admite que la velocidad del desarrollo tecnológico le hace dudar incluso sobre cuestiones personales, como dónde formar una familia o cuánto ahorrar para su jubilación, planteándose la inquietante pregunta: «¿Llegará la humanidad a ese punto?».
Mientras algunos expertos advierten sobre las posibles consecuencias catastróficas de una IA avanzada sin control, otros sostienen que podría ser una herramienta clave para la supervivencia de la humanidad. Adler, quien durante cuatro años trabajó en OpenAI en el ámbito de la seguridad, señala que no existen soluciones claras para alinear la inteligencia artificial con los valores humanos, y que la industria está avanzando demasiado rápido como para encontrarlas a tiempo.
Una carrera con riesgos impredecibles
El desarrollo de la inteligencia artificial general representa una carrera con grandes apuestas y riesgos significativos. Aunque la AGI promete beneficios inmensos, los expertos advierten que, si no se maneja con cautela, podría representar una amenaza sin precedentes para la humanidad. La falta de regulación efectiva y el enfoque en la competencia entre empresas tecnológicas solo incrementan la incertidumbre sobre el impacto que esta tecnología tendrá en el futuro cercano.
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