El país que apagó sus reactores nucleares ahora busca liderar la carrera global por la fusión, una tecnología que promete energía limpia, ilimitada y sin residuos radiactivos. Con una inversión inicial cercana a los 2.000 millones de dólares, Alemania pretende crear su propio “Sol artificial” y marcar un antes y un después en la historia energética moderna.
De apagar los reactores a encender las estrellas
En 2023, Alemania desconectó su último reactor nuclear, cerrando un capítulo de más de seis décadas de energía atómica. Sin embargo, apenas dos años después, el país sorprende al mundo con un nuevo giro: volver al átomo, pero sin fisión.
Ahora, Berlín apuesta por la fusión nuclear, el mismo proceso que alimenta al Sol y las estrellas, con el objetivo de generar electricidad sin residuos ni emisiones de carbono.
El Plan Nacional de Fusión, anunciado en octubre de 2025 por el canciller Friedrich Merz, destina 1.700 millones de euros a la construcción del primer reactor de fusión funcional del planeta. La meta: independencia energética y sostenibilidad industrial sin recurrir al carbón o al gas importado.
“Queremos soberanía energética real, y eso implica dominar la fusión”, explicó Sarah Klein, investigadora del Instituto Fraunhofer de Tecnología Láser en Aquisgrán.
El fuego que no contamina
La fusión nuclear ocurre cuando dos núcleos ligeros, como los del hidrógeno, se combinan bajo presiones y temperaturas extremas para formar helio y liberar energía.
A diferencia de la fisión nuclear —que divide átomos y produce desechos radiactivos de larga vida—, la fusión no genera residuos peligrosos ni emite CO₂.
Un solo litro de combustible de fusión (deuterio y tritio) podría generar tanta energía como 55.000 barriles de petróleo. Es, potencialmente, la fuente más limpia y poderosa de la historia.
“Es la energía perfecta: limpia, segura y prácticamente infinita”, asegura Klein.
Alemania se une a la nueva carrera por el Sol
El anuncio alemán llega en plena competencia global. Países como Estados Unidos, China, Reino Unido y Corea del Sur también buscan lograr la primera reacción de fusión sostenida con ganancia neta, pero Alemania confía en su experiencia científica.
Su principal carta es el Instituto Max Planck de Física del Plasma, en Greifswald, donde se opera el Wendelstein 7-X, uno de los reactores tipo stellarator más avanzados del mundo.
“La fusión no sustituirá las energías renovables, sino que las complementará”, afirma Sibylle Günter, directora del instituto. “Podrá ofrecer una fuente estable cuando el sol no brille o el viento no sople”.
Más información técnica sobre el proyecto puede consultarse en la página del Instituto Max Planck.
¿Una utopía o el futuro inevitable?
Los críticos, sin embargo, llaman a la cautela. Aunque la fusión es prometedora, su viabilidad comercial sigue distante.
El Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de Estados Unidos logró en 2022 la primera ganancia neta de energía por fusión, pero aún no existen sistemas capaces de mantener una reacción estable durante largos periodos.
“La fusión comercial es una meta lejana”, advierte Klein. “Debemos seguir invirtiendo en renovables mientras avanzamos en este sueño”.
Los desafíos son enormes: mantener un plasma a 150 millones de grados Celsius, confinarlo con campos magnéticos sin pérdidas y desarrollar materiales que soporten condiciones extremas.
Pese a todo, los científicos aseguran que la meta nunca había estado tan cerca. “Hace veinte años hablábamos de medio siglo. Hoy, de una década”, señala Daniel Kammen, de la Universidad de California en Berkeley.
Un Sol alemán para un nuevo mundo energético
El proyecto alemán no solo representa una apuesta científica, sino también una declaración política. Tras décadas de dependencia del gas ruso, Berlín busca autonomía y liderazgo industrial en la transición energética.
La fusión se convierte así en un símbolo de innovación, soberanía y esperanza, alineado con el objetivo nacional de neutralidad de carbono para 2045.
“Apostar por la fusión es creer que podemos crear nuestro propio Sol”, resumió Merz durante el anuncio oficial.
Un nuevo amanecer energético
La fusión nuclear podría cambiarlo todo: ciudades alimentadas por hidrógeno, fábricas sin emisiones y un planeta libre de combustibles fósiles.
Si Alemania tiene éxito, el país que renunció a la energía nuclear podría ser el primero en dominar su versión más limpia y poderosa.
Y con ello, Europa podría presenciar el nacimiento de una nueva era: la era de la energía estelar hecha por el hombre.
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