
Más de 150 androides fueron exhibidos en la Cumbre Mundial de Inteligencia Artificial (WAIC 2025), confirmando que la robótica humanoide ha pasado de la teoría a la práctica. China acelera su liderazgo en automatización urbana, logística y manufactura con un enfoque industrial sin precedentes.
La escena no es parte de una película de ciencia ficción, sino una postal real del presente: más de 150 robots humanoides alineados en perfecta sincronía en el centro de exposiciones de Shanghái. Esta monumental demostración de poder tecnológico fue el eje central de la reciente edición del World Artificial Intelligence Conference 2025 (WAIC), donde China dejó claro que el futuro de las ciudades será compartido con máquinas inteligentes. No hablamos ya de conceptos experimentales o prototipos de laboratorio, sino de modelos funcionales, adaptativos y preparados para integrarse en la vida urbana, la industria y el hogar.
Robots que ven, escuchan y piensan
El escaparate tecnológico incluyó desarrollos de más de 80 empresas nacionales e internacionales, muchas de ellas presentando sus más recientes avances en interacción cognitiva, movilidad autónoma y aprendizaje en tiempo real. Uno de los momentos más comentados fue la presentación del brazo robótico de Dobot, que utilizó el modelo de lenguaje VLA de Tencent para demostrar cómo los robots pueden procesar lenguaje natural, interpretar comandos, rechazar órdenes absurdas e incluso corregirse de manera autónoma ante errores operativos.
Mientras tanto, Unitree Robotics mostró humanoides capaces de realizar caligrafía con precisión y participar en prácticas de boxeo, probando no solo la motricidad fina, sino también la capacidad de interpretar retroalimentación del entorno. En paralelo, Deep Robotics exhibió sus cuadrúpedos autónomos ya operativos en más de 600 sitios industriales, muchos de ellos dedicados a inspección, rescate y mantenimiento.
Otras firmas como Keenon sorprendieron con el XMAN, un robot bípedo diseñado para el sector servicios, mientras que Cyborg Robotics presentó el primer androide chino especializado en cargas pesadas, orientado a operar en fábricas y entornos de alta demanda física.
China apuesta por la producción masiva, no solo la innovación
Según Jiang Lei, uno de los investigadores principales del Centro de Información de la Industria China, la robótica humanoide ha superado su fase conceptual para convertirse en un sector estratégico de aplicación inmediata. Las nuevas generaciones de androides no solo replican gestos humanos, sino que también integran sensores, cámaras, modelos de IA y redes neuronales capaces de interpretar el entorno, identificar obstáculos, tomar decisiones en tiempo real y ejecutar tareas de forma autónoma.
A diferencia de potencias como Estados Unidos o Japón, cuyo enfoque ha sido más académico o experimental, China ha optado por el despliegue industrial masivo. Su estrategia se basa en tres pilares: dominio de la cadena de suministro, acumulación de grandes volúmenes de datos de entrenamiento y la capacidad para iterar y escalar soluciones rápidamente. Esta fórmula le permite no solo liderar la producción nacional, sino exportar robots funcionales y asequibles a mercados como el sudeste asiático, donde la automatización en sectores como la manufactura de semiconductores y la electrónica es cada vez más urgente.
Robótica emocional y social: la nueva frontera
Más allá de la eficiencia y la fuerza bruta, el futuro de la robótica también contempla el componente emocional. Inspirados en producciones de ciencia ficción como Sunny (Apple TV+), algunos de estos robots están diseñados para parecer accesibles, comprensibles y hasta carismáticos. El objetivo no es solo cumplir una función, sino integrarse de forma armónica a los entornos humanos. Expresiones faciales, lenguaje corporal, modulación de voz e incluso personalidades adaptables comienzan a ser parte del diseño.
China entiende que el éxito de los robots humanoides no dependerá únicamente de su tecnología, sino de su capacidad para convivir con las personas. Y en esa dirección, su exhibición en WAIC 2025 es más que un evento tecnológico: es una declaración de intenciones. Es una muestra contundente de que el país está preparado no solo para imaginar ciudades del futuro, sino para construirlas con robots como parte activa del tejido urbano.
Una transformación urbana en marcha
Los androides de hoy no se parecen a los que soñábamos hace décadas: no vuelan, no tienen piel metálica reluciente, ni una inteligencia emocional perfecta. Pero sí pueden limpiar, transportar materiales, asistir en hospitales, trabajar en restaurantes, patrullar centros comerciales y mantener conversaciones básicas con humanos. Y eso, ya es revolucionario.
La robótica humanoide ya no es una promesa lejana. La industria avanza, las ciudades se adaptan y China marca el ritmo. La pregunta ya no es si conviviremos con robots, sino cuándo lo haremos de manera cotidiana. Y según la evidencia más reciente, ese momento podría estar mucho más cerca de lo que imaginamos.
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