
La barrera del peso, superada
El futuro de la movilidad eléctrica acaba de dar un salto histórico. La compañía YASA presentó un prototipo de motor eléctrico de flujo axial que desafía los límites de la ingeniería: pesa apenas 13,1 kilos y desarrolla 550 kW de potencia, el equivalente a más de 740 caballos.
Hasta ahora, los motores eléctricos eran reconocidos por su eficiencia, silencio y entrega inmediata de par, pero arrastraban una limitante clave: su tamaño y masa excesivos. Eso hacía difícil integrarlos en vehículos pequeños o deportivos de altas prestaciones.
El motor de YASA rompe con esa restricción. Gracias a su arquitectura de flujo axial, que elimina la clásica carcasa cilíndrica y reorganiza rotor y estator, logra una densidad de potencia inédita: 42 kW por kilo, un récord en el sector.
Más que potencia: libertad de diseño
Este diseño no solo destaca por sus cifras, sino por la versatilidad en la integración. Su ligereza y dimensiones compactas permiten ubicarlo en un eje trasero, entre el motor y la transmisión, o incluso distribuir varios motores en distintas zonas del vehículo.
Con ello, se abre un horizonte de posibilidades para diseñar coches eléctricos más ligeros, híbridos ultracompactos y deportivos con prestaciones superiores a los de gasolina.
De la patente a la producción
Lejos de ser un experimento aislado, la tecnología ya está patentada y en proceso de adaptación a la producción en serie. Esto significa que no hablamos de un concepto lejano, sino de un avance con potencial real para transformar la industria.
El fin de las excusas contra lo eléctrico
Con un motor que cabe entre las manos y rinde como un superdeportivo, la combustión pierde su último argumento. YASA no solo marca un récord: abre el camino hacia una movilidad donde la electricidad no reemplaza, sino que supera a la gasolina.
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