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El motor espacial que desafía lo imposible: Solo requiere una gota de agua.

Un motor revolucionario podría cambiar el rumbo de la exploración espacial: funciona con agua, fue desarrollado con inteligencia artificial y ya superó pruebas reales. Descubre cómo este avance nos acerca a Marte y podría transformar la industria aeroespacial para siempre.

Durante décadas, la NASA y otras agencias han luchado con las limitaciones de combustible en misiones espaciales. Sin estaciones de recarga más allá de la Tierra, la autonomía de los cohetes ha sido un gran obstáculo. Sin embargo, una innovación reciente podría cambiar por completo el panorama: un motor que utiliza solo una gota de agua como fuente de energía. Suena increíble, pero es totalmente real.

El reto de llevar combustible al espacio.

El abastecimiento de energía en el espacio ha sido uno de los mayores desafíos para la NASA. Mientras que en la Tierra podemos recargar vehículos fácilmente, en el espacio esto es inviable. Por ello, los viajes deben ser calculados con máxima precisión para evitar que una nave quede sin combustible en pleno trayecto.

El costo y la logística de transportar grandes cantidades de combustible son abrumadores. Esto ha llevado a diversas compañías a investigar alternativas más sostenibles y ligeras. Y es justo en este contexto que surge un proyecto que parece salido de la ciencia ficción: un propulsor que solo necesita agua para funcionar.

Tecnología impulsada por IA y una simple gota de agua.

La empresa Miles Space ha desarrollado un propulsor eléctrico alimentado por vapor de agua. La clave está en su diseño optimizado mediante inteligencia artificial. Wesley Faler, director de tecnología, configuró los parámetros del motor —como la cámara de reacción y el voltaje—, y entrenó un sistema de red neuronal para mejorar su eficiencia en simulaciones automatizadas.

El motor fue puesto a prueba en septiembre del año pasado y los resultados fueron prometedores: con apenas 10 centímetros de longitud, logró un empuje de 37,5 mili-newtons durante cinco minutos, empleando tan solo 1,5 vatios de potencia. Su rendimiento lo hace ideal para descensos desde la órbita terrestre baja y otras misiones donde el espacio y el peso son críticos.

Agua: El nuevo oro de los viajes espaciales.

Además de ser abundante, el agua puede dividirse en hidrógeno y oxígeno, ofreciendo un combustible limpio y altamente eficiente. Esta característica convierte al nuevo propulsor en una herramienta adaptable para múltiples misiones: desde satélites hasta exploración orbital.

Este tipo de avance no solo reduce los costos logísticos, sino que abre la puerta a expediciones más largas y ambiciosas, como el esperado viaje a Marte. La capacidad de recargar en el espacio usando un recurso común representa un antes y un después en la historia de la exploración espacial.

El uso del hidrógeno como fuente energética ya se está expandiendo en otras áreas, como trenes y automóviles, y ahora también en cohetes. Lo que antes parecía imposible, hoy está más cerca que nunca gracias a una simple gota de agua.

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