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El «palacio celestial» cruzó el cielo de América Latina: el fenómeno que fascinó a observadores.

Dos estaciones espaciales del siglo XXI brillaron simultáneamente sobre el continente, revelando una rivalidad tecnológica y geopolítica en órbita.

Esta semana, un evento poco común iluminó el cielo de América Latina: la estación espacial china Tiangong, conocida como «el palacio celestial», cruzó su trayectoria con la Estación Espacial Internacional (ISS). Aunque separadas por 100 kilómetros, desde la Tierra parecieron «chocar» en el firmamento, ofreciendo un espectáculo único. Este fenómeno invita a explorar los avances tecnológicos y la competencia espacial actual entre las potencias mundiales.

Tiangong: un «palacio» moderno en el espacio.

De acuerdo con La Nación, el «palacio celestial» es una estación espacial china compuesta por módulos habitables que albergan a taikonautas, el equivalente chino de los astronautas y cosmonautas. Creada por la Administración Espacial Nacional China (CNSA), Tiangong tiene como objetivos realizar experimentos en microgravedad, investigación de materiales espaciales, medicina espacial y el desarrollo de tecnologías avanzadas para la exploración del cosmos.

Sus paneles solares, esenciales para abastecer de energía a la estación, reflejan la luz del sol y permiten que sea visible desde la Tierra en condiciones específicas. Este domingo, brilló al cruzarse con la ISS, ofreciendo un espectáculo que subraya la rivalidad tecnológica entre China y otros actores espaciales.

Cómo observar estas estaciones en el cielo.

La ISS, habitada continuamente desde el año 2000, es fácil de seguir gracias a diversas aplicaciones gratuitas, incluidas las de la NASA, que indican el momento, la trayectoria y la intensidad de su brillo. Tiangong, aunque menos accesible, también puede rastrearse con algunas de estas herramientas.

Ambas estaciones son visibles durante el amanecer o el atardecer, cuando los rayos solares iluminan sus paneles. Con algo de paciencia y la app adecuada, cualquier observador nocturno o madrugador puede disfrutar de este espectáculo celestial.

Una rivalidad que trasciende el espacio.

La construcción de Tiangong responde a la exclusión de China de la ISS, donde participan Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y Europa. Este veto, motivado por razones geopolíticas, subraya la importancia estratégica del conocimiento aeroespacial más allá de los intereses científicos.

En paralelo, la ISS, cinco veces más grande que su contraparte china, sigue siendo un símbolo de colaboración internacional, aunque enfrenta un futuro incierto. Con más de 25 años en órbita, su desmantelamiento está programado para los próximos años, lo que refuerza el protagonismo de Tiangong como un nuevo «palacio» en el espacio.

El nombre «palacio celestial» evoca la rica tradición arquitectónica china, como la Ciudad Prohibida, construida en el siglo XV bajo el mandato del emperador Yongle. Esta maravilla histórica, reconocida por la UNESCO, contrasta con la modernidad de Tiangong, reflejando un choque de culturas, tecnologías y filosofías que ahora se traslada al espacio.

Mientras ambas estaciones siguen orbitando sobre nosotros, los cielos ofrecen un recordatorio de la constante evolución de la humanidad, desde sus raíces milenarias hasta los avances más sofisticados de la exploración espacial.

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