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El robot con útero artificial que divide a la ciencia: ¿revolución o amenaza para la maternidad?

Útero artificial

En China, un grupo de investigadores presentó un prototipo robótico capaz de simular un embarazo humano mediante un útero artificial, un avance que mezcla promesa tecnológica y controversia ética. El proyecto, liderado por la compañía Kaiwa Technology, busca replicar el proceso completo de gestación en una máquina humanoide, utilizando líquido amniótico sintético y un sistema de nutrientes controlado.

Lo que hasta hace poco parecía un argumento de ciencia ficción ahora genera debate en la comunidad científica internacional.

El invento que quiere imitar a la biología

El doctor Zhang Qifeng, director del proyecto, explicó que el robot humanoide cuenta con un sistema de gestación artificial: un útero diseñado para albergar embriones en líquido amniótico artificial, con un suministro de nutrientes similar al de un embarazo natural.

La idea no es simplemente crear una incubadora avanzada, sino un “embarazo robótico” capaz de imitar la experiencia biológica de la reproducción humana. Sin embargo, los detalles sobre cómo se logra la fecundación dentro de este vientre artificial permanecen en secreto, lo que ha despertado tanto fascinación como alarma.

Más información sobre avances en biotecnología puede consultarse en el portal de Nature Biotechnology.

Un “embarazo” tecnológico a un año de distancia

Según Qifeng, el primer robot con embarazo integrado podría estar listo en un año, con un precio estimado de 14.000 dólares. El sistema pretende reproducir todos los elementos clave de la gestación: líquido amniótico, cordón umbilical y aporte constante de nutrientes.

El siguiente paso será integrar el útero en la zona abdominal del robot, permitiendo que la máquina y el embrión interactúen en un entorno cerrado. De lograrse, se trataría del primer “vientre sintético” funcional de la historia.

Para dimensionar este avance, puede compararse con investigaciones previas sobre úteros artificiales experimentales que ya habían logrado mantener con vida fetos de animales durante semanas en cápsulas de incubación.

Ciencia, dilemas y un debate abierto

El anuncio ha dividido a la comunidad científica. Para algunos expertos, el proyecto resulta antinatural y riesgoso, pues un embrión no solo depende de nutrientes, sino también de la compleja interacción con la biología materna: sistema inmunitario, hormonas, estímulos cerebrales y vínculos emocionales.

Otros, en cambio, ven en esta tecnología una oportunidad para personas con problemas de fertilidad o parejas que no pueden gestar de manera convencional. En ese escenario, un robot capaz de simular un embarazo sería una opción revolucionaria.

El dilema recuerda debates previos sobre la reproducción asistida: avances que en su momento generaron rechazo y hoy son prácticas médicas comunes.

¿Hacia un futuro de maternidad artificial?

Más allá del entusiasmo tecnológico, este prototipo plantea preguntas de fondo:

  • ¿Debe permitirse que máquinas participen en la creación de vida?
  • ¿Cómo se regulará la seguridad de los embriones?
  • ¿Qué impacto social y ético tendría un embarazo sin madre biológica?

Lo cierto es que este embarazo robótico experimental abre un debate histórico. Si la ciencia logra perfeccionarlo, podría cambiar para siempre la forma en que entendemos la maternidad, la familia y los límites de la biotecnología.

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