Asi es…, un grupo de hackers Rusos fue detenido debido a que desde hace varios años lograron tener acceso a las computadoras de varios funcionarios importantes y publicar sus cartas y documentos con impunidad. Gracias al apoyo de las agencias de seguridad lograron identificarlos, sin embargo estas personas ofrecieron un trato.
El pacto, según Shaltai Boltai» (integrante de la banda)era que si ellos, revelaban a los agentes lo que habían conseguido antes de publicarlo, estarían inmunes a ser detenidos.
Tambien se dice que este grupo esta ligado al (ciberespionaje)robo de emails del Partido Demócrata de Estados Unidos en la campaña electoral. El entonces presidente Barack Obama había acusado a Rusia de perpetrar la infiltración cibernética para ayudar a Donald Trump a ganar la presidencia, pero Alexander Glazastikov dijo que su agrupación no tuvo nada que ver con ello.
Y por su parte Glazastikov dice:
«Nuestro grupo no se ha metido con nadie fuera de Rusia», «No nos interesaban ni los demócratas ni los republicanos».
Si bien la entrevista no arrojó luz sobre la injerencia de Rusia en las elecciones estadounidenses, ofreció un inusual vistazo al penumbroso mundo de la política rusa, donde con frecuencia los hackers se venden para ayudar a un grupo a perjudicar a algún rival.
Glazastikov dijo que el cabecilla de los hackers, Vladimir Anikeyev, había ofrecido la ayuda de Shaltai Boltai al gobierno para difundir información que sea del interés público. Añadió que se había incorporado al conjunto porque estaba aburrido con su empleo en el sector de mercadeo.
El grupo saltó rápidamente a los titulares de prensa al publicar cartas de políticos, empresarios y artistas en que lucían inescrupulosos y cínicos. Fue entonces que Shaltai Boltai decidió hacer dinero con sus destrezas: chantajeando a sus víctimas, obligándolas a pagar o de lo contraria publicarían sus documentos personales.
Sin embargo, Glazastikov dijo que el grupo se topó con la furia de las autoridades en 2015, cuando publicó cartas y documentos del director del departamento de construcciones del Ministerio de Defensa y luego difundió una carta abierta al director de la contrainteligencia militar, burlándose de la incapacidad de esa entidad de mantener sus archivos en reserva.
Hasta el momento sabemos que los planes no les resultaron como quisieran, ya que el cabecilla de la banda y otros dos hombres terminaron tras las rejas.