
Un glitch en el alma del algoritmo: cómo una película de terror usa un código de IA para revelar el mal moderno
El director Ari Aster vuelve a sacudir los cimientos del cine con su más reciente y desconcertante obra: Eddington, una fábula oscura ambientada en un pequeño pueblo de Texas que, en plena pandemia de COVID-19, colapsa bajo el peso de las redes sociales, la polarización política y el miedo colectivo. Más allá del caos y las subtramas, un guiño casi oculto ha capturado la atención de los expertos en tecnología: el misterioso nombre del centro de datos que desencadena los eventos principales —SolidGoldMagikarp— no es una elección arbitraria. Se trata de un verdadero huevo de pascua que remite a uno de los fenómenos más inquietantes del desarrollo de inteligencia artificial: los glitch tokens.
¿Qué son los glitch tokens y por qué son tan relevantes?
En el entrenamiento de los modelos de lenguaje de IA, los textos son descompuestos en fragmentos denominados tokens para que los algoritmos puedan aprender patrones lingüísticos. Este proceso, conocido como tokenización, es fundamental para que sistemas como ChatGPT o Gemini interpreten y generen lenguaje de forma coherente. Pero cuando se introduce un token que el modelo jamás ha visto durante su fase de entrenamiento —como SolidGoldMagikarp— el sistema puede colapsar momentáneamente, generando respuestas erráticas, confusas o incluso agresivas.
Este fenómeno fue documentado por Leap Labs, una firma especializada en analizar el comportamiento de grandes modelos de lenguaje (LLMs, por sus siglas en inglés). Jessica Rumbelow, directora ejecutiva de la empresa, explicó que estos sistemas no entienden el mundo ni el lenguaje, solo predicen patrones. “Si introduces 1, 2, 3, 4, el modelo aprende a predecir 5. Literalmente, eso es todo lo que hacen”, declaró Rumbelow. Pero cuando se introduce un token inesperado, como SolidGoldMagikarp, el sistema no tiene un patrón que seguir y puede comportarse de forma imprevisible.
Matthew Watkins, co-investigador de Leap Labs, descubrió junto a Rumbelow que el token podía provocar que un modelo de lenguaje se desviara por completo de la lógica esperada. El comportamiento errático ante estos tokens plantea preguntas profundas sobre los límites de la IA actual, su vulnerabilidad ante entradas anómalas y la impredecibilidad de sus respuestas cuando se enfrenta a lo desconocido.
Ari Aster, el terror digital y la alegoría del colapso
Ari Aster no es ajeno a utilizar símbolos y alegorías para construir el horror en sus historias. En Hereditary, la fuerza demoníaca del ritual familiar se manifiesta a través de símbolos paganos. En Midsommar, los rituales nórdicos revelan la fractura emocional de sus personajes. Y en Beau is Afraid, el terror psicológico nace del trauma materno y la percepción alterada de la realidad. En Eddington, Aster traslada ese terror al entorno digital, mostrando cómo la información desbordada, el tribalismo en redes y el poder de los algoritmos pueden aniquilar la razón colectiva.
La instalación del centro de datos llamado SolidGoldMagikarp no solo es un detalle técnico dentro de la trama: es una advertencia. Representa la materialización de un sistema informático tan poderoso como incontrolable. Un dispositivo que, al igual que el glitch token real, puede desestabilizar todo lo que toca. La elección de ese nombre parece señalar que el algoritmo —como una entidad autónoma— se ha convertido en la fuerza oscura del siglo XXI. Invisible, intangible, pero omnipresente.
Tecnología fuera de control: ¿mensaje de ficción o presagio real?
A través de SolidGoldMagikarp, Aster plantea una crítica velada pero contundente: la tecnología no necesita ser maligna para destruirnos; solo necesita estar mal comprendida, subestimada o fuera de nuestro control. Al igual que los glitch tokens pueden alterar la lógica de un modelo de lenguaje, el ecosistema digital que habitamos puede reconfigurar nuestra percepción de la realidad, de la verdad y de los otros.
Mientras el pueblo de Eddington se consume en paranoia, miedo y delirio, la película sugiere que el verdadero enemigo no es el virus, ni la política, ni la locura, sino la estructura misma de información que nos rodea. En ese sentido, SolidGoldMagikarp no es solo un nombre curioso: es una metáfora de cómo un solo elemento mal entendido puede quebrar la estabilidad de un sistema entero.
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